jueves, 27 de marzo de 2008

Carta a Oriol



Oriol, amigo, sabes, cuando en las tardes de agosto sesteo en el jardín, verano tras verano, día tras día, de repente, en el cielo azul, aparece una oropéndola que, rápida como una flecha, radiante de color, desaparece casi sin ser vista. Nunca he sabido de dónde viene ni a dónde va...
Oriol amigo, sabes, así veo yo la vida, un vuelo fugaz, deslumbrante cuyo sentido se me escapa...
Un fuerte abrazo, Teresa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nos ha gustado mucho, nos ha hecho mucha gracia. ¡La vida hay que disfrutarla!